viernes, 10 de junio de 2011

Cuento "El ladrón de palabras", por César

Érase una vez un niño llamado Francisco que vivía con sus padres en un pueblo pequeño lla
mado Torrelavega.
Un día, mientras estaba en clase, mientras la profesora le explicaba lo que eran los adjetivos, Francisco se aburrió tanto que decidió robar todos los adjetivos, porque creía que los adjetivos no servían para nada.
Cuando llegó a su casa metió todos los adjetivos que había encontrado en un baúl y lo cerró con llave. Se fue a comer y a hacer los deberes.
Mientras hacía los deberes, había un ejercicio que no entendía y fue a preguntárselo a su madre.
- Mamá, no entiendo este ejercicio.
- ¿Por qué?- dijo la madre.
- Porque es muy mmmmmm....
- Que es ¿qué?
- Que es muy mmmmm.....
Francisco se fue a su cuarto muy enfadado, porque creía que su madre no le quería ayudar.
Más tarde le vino a buscar su amigo Alex para ir a jugar.
- ¿Qué te pasa?- le preguntó Alex.
- Que mi madre está mmm... conmigo.
- ¿Qué dices?
- Que no he podido terminar los deberes porque había un ejercicio muy mmm... y mi madre está mmm...
- ¿Ehhhhh?- dijo Alex.
Bueno, déjalo y vamos a tomar un helado.
A Francisco le encantaban los helados de chocolate, y cuando llegaron a la heladería fue corriendo para ponersse a la cola.
- ¿Me puedes dar un helado mmm... de chocolate?
- Y a mí uno mmm... de vainilla- dijo Álex
El heladero les dio uno diferente, Alex y Francisco protestaron.
Después de varios días así, sin que nadie le entendiese, se dio cuenta de que los adjetivos eran importantes y cuando llegó a su casa decidió abrir el baúl y dejarlos salir.
Desde entonces su madre le entendía cuando le intentaba explicar algo, su amigo también le entendía y el heladero les dio un helado "grande" a cada uno de ellos.
FIN

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