Los hombres de las cavernas pertencíamos a la prehistoria porque no se había descubierto la escritura. Había un clima frío con glaciaciones y por eso nos refugiábamos en las cavernas.
En Cantabria había muchas cavernas y por eso tantas personas vivíamos en ellas. Por ejemplo: Altamira, Chufín, El castillo, Las Monedas, Covalanas, etc.
Soy una mujer de la edad de las cavernas y trabajo mucho cuidando a los niños, también practicábamos la agricultura, descuartizabamos la caza y utilizabámos y creábamos ropa cosiendo las pieles de los animales que cazaban los hombres.
Todo esto era posible porque ya habíamos descubierto el fuego. Lo utilizábamos para ver dentro de las cavernas, ahuyentaban a los animales que nos atacaban, también servía para calentarnos dentro de las cavernas. Lo defendíamos de otros seres humanos para no quedarnos sin él.
O sea, que hacíamos las vidas en ellas. En las partes más intimas rezábamos y pintábamos, esperando a morirnos y que alguién pudiera verlas.
lunes, 31 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
Cuadro para análisis de formas verbales
Forma verbal | Persona | Número | Tiempo | Infinitivo | Conjugación | Gerundio | Participio |
lunes, 24 de enero de 2011
Texto de la semana: "En la cabeza de mamá", por Edu
Si yo estuviera en la cabeza de mi mamá, automáticamente desaparecería de mi cabeza el fútbol.
Es una lástima pero es así, en su lugar aparecerían las ganas de bailar salsa a todas horas, o mejor dicho bailar cualquier cosa.
También me entrarían ganas de cocinar y sobre todo hacer tartas y dulces.
La verdad es que no me veo con delantal bailando salsa y planchando.
Mi madre es divertida, pero también se enfada si no obedecemos, así que de repente sería responsable y no se me olvidarían las cosas.
Lo que no desaparecería de mi cabeza son las ganas de estar al aire libre o las ganas de pasarlo bien en familia.
Así que si yo fuese mi madre me gustaría bastante, porque mi madre sabe psarlo muy bien, espectacular si la gustase el fútbol.
Es una lástima pero es así, en su lugar aparecerían las ganas de bailar salsa a todas horas, o mejor dicho bailar cualquier cosa.
También me entrarían ganas de cocinar y sobre todo hacer tartas y dulces.
La verdad es que no me veo con delantal bailando salsa y planchando.
Mi madre es divertida, pero también se enfada si no obedecemos, así que de repente sería responsable y no se me olvidarían las cosas.
Lo que no desaparecería de mi cabeza son las ganas de estar al aire libre o las ganas de pasarlo bien en familia.
Así que si yo fuese mi madre me gustaría bastante, porque mi madre sabe psarlo muy bien, espectacular si la gustase el fútbol.
Realiza las siguientes actividades:
Actividades de VERBOS:
1) Completa las siguientes oraciones con formas del verbo hablar:
- Hemos__________________ del problema esta mañana.
- Mi madre ____________________ con el médico ayer.
- ¿Quién _____________________ mañana en el acto de fin de curso?
- Cuando tú _________________ todos te entienden.
2) Corrige las faltas de concordancia de las oraciones siguientes. Escribe las dos oraciones posibles:
- Varios rosales florecía en el jardín.
a)
b)
- Los ciclistas subía forzosamente el puerto de montaña.
a)
b)
- El pescador capturaron un atún de gran tamaño.
a)
b)
- Mientras mis padres dormía, yo escuchábamos la tormenta.
a)
b)
3) Clasifica las siguientes formas verbales según la conjugación a la que pertenecen e indica cuál es su lexema:
Asaremos, bebieron, volcaré, abrió, temeréis, percibieron, vendían, cuelgo, cubriremos, cantarían, servían, deberán.
4) Completa las siguientes formas verbales con tres desinencias distintas:
Volver: ____________ ______________ ______________
Deber:_____________ _______________ _______________
Vivir: _____________ ________________ _______________
5) Copia y completa en tu cuaderno el siguiente cuadro:
| | Conjugación | Tiempo | Persona | Número |
| Estuvimos | 1ª | pasado | 1ª | Plural |
| Abrasan | | | | |
| Vivías | | | | |
| Razonaréis | | | | |
| Buscaste | | | | |
| Cosían | | | | |
domingo, 23 de enero de 2011
Lee, resume, copia en word y subraya los verbos en rojo. Analiza las 10 primeras formas verbales.
"LA ESPADA PACIFISTA"
Había una vez una espada preciosa. Pertenecía a un gran rey, y desde siempre había estado en palacio, partipando en sus entrenamientos y exhibiciones, enormemente orgullosa. Hasta que un día, una gran discusión entre su majestad y el rey del país vecino, terminó con ambos reinos declarándose la guerra.
La espada estaba emocionada con su primera participación en una batalla de verdad. Demostraría a todos lo valiente y especial que era, y ganaría una gran fama. Así estuvo imaginándose vencedora de muchos combates mientras iban de camino al frente. Pero cuando llegaron, ya había habido una primera batalla, y la espada pudo ver el resultado de la guerra. Aquello no tenía nada que ver con lo que había imaginado: nada de caballeros limpios, elegantes y triunfadores con sus armas relucientes; allí sólo había armas rotas y melladas, y muchísima gente sufriendo hambre y sed; casi no había comida y todo estaba lleno de suciedad envuelta en el olor más repugnante; muchos estaban medio muertos y tirados por el suelo y todos sangraban por múltiples heridas...
Entonces la espada se dio cuenta de que no le gustaban las guerras ni las batallas. Ella prefería estar en paz y dedicarse a participar en torneos y concursos. Así que durante aquella noche previa a la gran batalla final, la espada buscaba la forma de impedirla. Finalmente, empezó a vibrar. Al principio emitía un pequeño zumbido, pero el sonido fue creciendo, hasta convertirse en un molesto sonido metálico. Las espadas y armaduras del resto de soldados preguntaron a la espada del rey qué estaba haciendo, y ésta les dijo:
- "No quiero que haya batalla mañana, no me gusta la guerra".
- "A ninguno nos gusta, pero ¿qué podemos hacer?".
- "Vibrad como yo lo hago. Si hacemos suficiente ruido nadie podrá dormir".
Entonces las armas empezaron a vibrar, y el ruido fue creciendo hasta hacerse ensordecedor, y se hizo tan grande que llegó hasta el campamento de los enemigos, cuyas armas, hartas también de la guerra, se unieron a la gran protesta.
A la mañana siguiente, cuando debía comenzar la batalla, ningún soldado estaba preparado. Nadie había conseguido dormir ni un poquito, ni siquiera los reyes y los generales, así que todos pasaron el día entero durmiendo. Cuando comenzaron a despertar al atardecer, decidieron dejar la batalla para el día siguiente.
Pero las armas, lideradas por la espada del rey, volvieron a pasar la noche entonando su canto de paz, y nuevamente ningún soldado pudo descansar, teniendo que aplazar de nuevo la batalla, y lo mismo se repitió durante los siguientes siete días. Al atardecer del séptimo día, los reyes de los dos bandos se reunieron para ver qué podían hacer en aquella situación. Ambos estaban muy enfadados por su anterior discusión, pero al poco de estar juntos, comenzaron a comentar las noches sin sueño que habían tenido, la extrañeza de sus soldados, el desconcierto del día y la noche y las divertidas situaciones que había creado, y poco después ambos reían amistosamente con todas aquellas historietas.
Afortunadamente, olvidaron sus antiguas disputas y pusieron fin a la guerra, volviendo cada uno a su país con la alegría de no haber tenido que luchar y de haber recuperado un amigo. Y de cuando en cuando los reyes se reunían para comentar sus aventuras como reyes, comprendiendo que eran muchas más las cosas que los unían que las que los separaban.
Había una vez una espada preciosa. Pertenecía a un gran rey, y desde siempre había estado en palacio, partipando en sus entrenamientos y exhibiciones, enormemente orgullosa. Hasta que un día, una gran discusión entre su majestad y el rey del país vecino, terminó con ambos reinos declarándose la guerra.
La espada estaba emocionada con su primera participación en una batalla de verdad. Demostraría a todos lo valiente y especial que era, y ganaría una gran fama. Así estuvo imaginándose vencedora de muchos combates mientras iban de camino al frente. Pero cuando llegaron, ya había habido una primera batalla, y la espada pudo ver el resultado de la guerra. Aquello no tenía nada que ver con lo que había imaginado: nada de caballeros limpios, elegantes y triunfadores con sus armas relucientes; allí sólo había armas rotas y melladas, y muchísima gente sufriendo hambre y sed; casi no había comida y todo estaba lleno de suciedad envuelta en el olor más repugnante; muchos estaban medio muertos y tirados por el suelo y todos sangraban por múltiples heridas...
Entonces la espada se dio cuenta de que no le gustaban las guerras ni las batallas. Ella prefería estar en paz y dedicarse a participar en torneos y concursos. Así que durante aquella noche previa a la gran batalla final, la espada buscaba la forma de impedirla. Finalmente, empezó a vibrar. Al principio emitía un pequeño zumbido, pero el sonido fue creciendo, hasta convertirse en un molesto sonido metálico. Las espadas y armaduras del resto de soldados preguntaron a la espada del rey qué estaba haciendo, y ésta les dijo:
- "No quiero que haya batalla mañana, no me gusta la guerra".
- "A ninguno nos gusta, pero ¿qué podemos hacer?".
- "Vibrad como yo lo hago. Si hacemos suficiente ruido nadie podrá dormir".
Entonces las armas empezaron a vibrar, y el ruido fue creciendo hasta hacerse ensordecedor, y se hizo tan grande que llegó hasta el campamento de los enemigos, cuyas armas, hartas también de la guerra, se unieron a la gran protesta.
A la mañana siguiente, cuando debía comenzar la batalla, ningún soldado estaba preparado. Nadie había conseguido dormir ni un poquito, ni siquiera los reyes y los generales, así que todos pasaron el día entero durmiendo. Cuando comenzaron a despertar al atardecer, decidieron dejar la batalla para el día siguiente.
Pero las armas, lideradas por la espada del rey, volvieron a pasar la noche entonando su canto de paz, y nuevamente ningún soldado pudo descansar, teniendo que aplazar de nuevo la batalla, y lo mismo se repitió durante los siguientes siete días. Al atardecer del séptimo día, los reyes de los dos bandos se reunieron para ver qué podían hacer en aquella situación. Ambos estaban muy enfadados por su anterior discusión, pero al poco de estar juntos, comenzaron a comentar las noches sin sueño que habían tenido, la extrañeza de sus soldados, el desconcierto del día y la noche y las divertidas situaciones que había creado, y poco después ambos reían amistosamente con todas aquellas historietas.
Afortunadamente, olvidaron sus antiguas disputas y pusieron fin a la guerra, volviendo cada uno a su país con la alegría de no haber tenido que luchar y de haber recuperado un amigo. Y de cuando en cuando los reyes se reunían para comentar sus aventuras como reyes, comprendiendo que eran muchas más las cosas que los unían que las que los separaban.
EL VERBO
El verbo se nombra con el infinitivo (cantar, comer, dormir…).
El verbo cambia de forma dependiendo de:
Ø El tiempo de la acción (presente, pasado o futuro).
Ø El sujeto (singular o plural).
Ø La actitud del hablante (indicativo, subjuntivo o imperativo).
Los verbos indican acción y son la palabra más importante de una oración.
La conjugación de un verbo es el conjunto ordenado de todas sus formas (Yo escribo, tú escribes, él/ella escribe, nosotros…).
Las formas verbales se componen de lexema y desinencia: escrib-o, escrib-es, escrib-imos…).
La desinencia (terminación) indica:
Ø La persona gramatical y el número: escribiré (yo, singular).
Ø El momento en que se realiza la acción: escribiré (futuro).
En la conjugación de los verbos hay formas simples y compuestas:
Ø Las formas simples se forman por una sola palabra (saltó, saltaba, saltaría…).
Ø Las formas compuestas se forman por dos palabras: una del verbo HABER y otra del verbo que estamos conjugando (he saltado, habíamos saltado…).
Las formas verbales de la conjugación se agrupan en tres modos:
Ø Indicativo: expresa acciones reales (escribo, duermo, saldré, hemos ido…).
Ø Subjuntivo: expresa duda, posibilidad, deseo (ojalá viniera, quizás haya venido…).
Ø Imperativo: expresa orden o ruego (vigilad vosotros, canta tú…).
Análisis de una forma verbal:
| Forma verbal | Ha regado |
| Persona | 3ª |
| Número | singular |
| Tiempo | pasado |
| Modo | indicativo |
| Conjugación | 1ª |
martes, 18 de enero de 2011
Texto de la semana: "Tele buena, tele mala", por Sandra
Diferenciar la tele buena y mala es difícil, pues cada persona tiene sus gustos.
Para mí los programas informativos, de risa y juveniles son buenos, me entretienen, me divierten y me informan de lo que pasa en el mundo.
No me gustan los que se dedican a cotillear, porque es la peor de las televisiones.
Los programas de deportes y documentales tampoco son mucho de mi gusto, aunque he de reconocer que a veces son muy interesantes.
Hoy en día existen gran variedad de canales para escoger el tipo de televisión que más te interese, teniendo también en cuenta el tipo de persona que ve los programas, niño, adolescente, adulto o anciano.
Es bueno ver la tele, pero en exceso no, pues muchas veces dejamos a un lado otras actividades que también son necesarias, como jugar con los amigos, hablar con la familia, hacer deporte, etc.
Buscar un programa adecuado es lo mejor.
Para mí los programas informativos, de risa y juveniles son buenos, me entretienen, me divierten y me informan de lo que pasa en el mundo.
No me gustan los que se dedican a cotillear, porque es la peor de las televisiones.
Los programas de deportes y documentales tampoco son mucho de mi gusto, aunque he de reconocer que a veces son muy interesantes.
Hoy en día existen gran variedad de canales para escoger el tipo de televisión que más te interese, teniendo también en cuenta el tipo de persona que ve los programas, niño, adolescente, adulto o anciano.
Es bueno ver la tele, pero en exceso no, pues muchas veces dejamos a un lado otras actividades que también son necesarias, como jugar con los amigos, hablar con la familia, hacer deporte, etc.
Buscar un programa adecuado es lo mejor.
domingo, 16 de enero de 2011
Copia, resume y rodea en rojo los verbos y en azul los sustantivos:
Cuento: "El Niño Bruto"
Ese año en el colegio del barrio había nuevo profesor de matemáticas, y también unos cuantos niños nuevos. Y uno de estos niños nuevos era de lo más bruto que había visto nadie. Daba igual lo rápido o despacio que le explicasen las cosas de números, siempre terminaba diciendo alguna barbaridad: que si 2 y 2 son cinco, que si 7 por 3 eran 27, que si un triángulo tenía 30 ángulos...
Así que lo que antes era una de las clases más odiadas y aburridas, se terminó convirtiendo en una de las más divertidas. Animados por el nuevo profesor, los niños descubrían las burradas que decía el chico nuevo, y con un ejemplo y sin números, debían corregirle. Todos competían por ser los primeros en encontrar los fallos y pensar la forma más original de explicarlos, y para ello utilizaban cualquier cosa, ya fueran golosinas, cromos, naranjas o aviones de papel.
Al niño bruto parecía no molestarle nada de aquello, pero el pequeño Luisito estaba seguro de que tendría que llevar la tristeza por dentro, así que un día decidió seguir al niño bruto a su casa después del colegio y ver cuándo se ponía a llorar...
A la salida del cole, el niño caminó durante unos minutos, y al llegar a un pequeño parque, se quedó esperando un rato hasta que apareció... ¡el profesor nuevo! . Se acercó, le dio un beso, y se fueron caminando de la mano. En la distancia, Luisito podía oir que hablaban de matemáticas... ¡y el niño bruto se lo sabía todo, y mucho mejor que ninguno en la clase!
Luisito se sintió tan engañado que se dio una buena carrera hasta alcanzarlos, y se plantó delante de ellos muy enfadado. El niño bruto se puso muy nervioso, pero el maestro, comprendiendo lo que pasaba, explicó a Luisito que lo del niño bruto sólo era un truco para que todos los niños aprendieran más y mejor las matemáticas, y que lo hicieran de forma divertida. Su hijo estaba encantado de hacer de niño bruto, porque para hacerlo bien se lo tenía que aprender todo primero, y así las clases eran como un juego.
Por supuesto, al día siguiente el profesor explicó la historia al resto de los alumnos, pero éstos estaban tan encantados con su clase de matemáticas, que lo único que cambió a partir de entonces fue que todos empezaron a turnarse en el papel de "niño bruto".
Ese año en el colegio del barrio había nuevo profesor de matemáticas, y también unos cuantos niños nuevos. Y uno de estos niños nuevos era de lo más bruto que había visto nadie. Daba igual lo rápido o despacio que le explicasen las cosas de números, siempre terminaba diciendo alguna barbaridad: que si 2 y 2 son cinco, que si 7 por 3 eran 27, que si un triángulo tenía 30 ángulos...
Así que lo que antes era una de las clases más odiadas y aburridas, se terminó convirtiendo en una de las más divertidas. Animados por el nuevo profesor, los niños descubrían las burradas que decía el chico nuevo, y con un ejemplo y sin números, debían corregirle. Todos competían por ser los primeros en encontrar los fallos y pensar la forma más original de explicarlos, y para ello utilizaban cualquier cosa, ya fueran golosinas, cromos, naranjas o aviones de papel.
Al niño bruto parecía no molestarle nada de aquello, pero el pequeño Luisito estaba seguro de que tendría que llevar la tristeza por dentro, así que un día decidió seguir al niño bruto a su casa después del colegio y ver cuándo se ponía a llorar...
A la salida del cole, el niño caminó durante unos minutos, y al llegar a un pequeño parque, se quedó esperando un rato hasta que apareció... ¡el profesor nuevo! . Se acercó, le dio un beso, y se fueron caminando de la mano. En la distancia, Luisito podía oir que hablaban de matemáticas... ¡y el niño bruto se lo sabía todo, y mucho mejor que ninguno en la clase!
Luisito se sintió tan engañado que se dio una buena carrera hasta alcanzarlos, y se plantó delante de ellos muy enfadado. El niño bruto se puso muy nervioso, pero el maestro, comprendiendo lo que pasaba, explicó a Luisito que lo del niño bruto sólo era un truco para que todos los niños aprendieran más y mejor las matemáticas, y que lo hicieran de forma divertida. Su hijo estaba encantado de hacer de niño bruto, porque para hacerlo bien se lo tenía que aprender todo primero, y así las clases eran como un juego.
Por supuesto, al día siguiente el profesor explicó la historia al resto de los alumnos, pero éstos estaban tan encantados con su clase de matemáticas, que lo único que cambió a partir de entonces fue que todos empezaron a turnarse en el papel de "niño bruto".
jueves, 13 de enero de 2011
Texto de la semana: "Mi otro yo", por César
Mi otro yo es Fernando Alonso. Es piloto de Ferrari y dos veces Campeón del Mundo. Lo he elegido porque para mí es el mejor piloto.
Me gustaría empezar el sábado por el mediodía. Al comenzar el día me subiría al Ferrari e iniciaría las tandas de clasificación. Al terminar me iría a comer con los amigos, cenaría y me iría pronto a la cama porque mañana hay una carrera. Estaría contento porque he quedado en un buen puesto y a la vez nervioso porque mañana habría carrera. En la cama pensaría en la carrera para saber cómo hacerla. Al despertar, desayunaría poco porque cuando hay una competición se come poco.
Me llevarían al circuito con el equipo y planearíamos la carrera. Cuando me subiera al coche vería en la pantalla el circuito e intentaría calmarme para no perder el control.
El mejor resultado del día, quedar primero...
Me gustaría empezar el sábado por el mediodía. Al comenzar el día me subiría al Ferrari e iniciaría las tandas de clasificación. Al terminar me iría a comer con los amigos, cenaría y me iría pronto a la cama porque mañana hay una carrera. Estaría contento porque he quedado en un buen puesto y a la vez nervioso porque mañana habría carrera. En la cama pensaría en la carrera para saber cómo hacerla. Al despertar, desayunaría poco porque cuando hay una competición se come poco.
Me llevarían al circuito con el equipo y planearíamos la carrera. Cuando me subiera al coche vería en la pantalla el circuito e intentaría calmarme para no perder el control.
El mejor resultado del día, quedar primero...
miércoles, 12 de enero de 2011
Carla 06
Suscribirse a:
Entradas (Atom)